La política de Ajofrín ha estado monopolizada desde que comenzó la democracia por dos partidos políticos diferentes y por dos personas: Miguel Gallardo Sánchez Barbudo y Pedro Alguacil Ruiz. Las personas que viven en este municipio conocen cómo han gobernado ambos ediles y las diferencias existentes. En este artículo no entraré a valorar la forma de gobernar y los logros conseguidos, sin contar, con la diferencia principal de la ideología política en la forma de gestionar. La presente argumentación está encaminada a valorar los candidatos de las próximas elecciones.
El Partido Popular ha optado por presentar al cabeza de lista que estuvo gobernando desde 1979 durante 20 años en Ajofrín; sin embargo, el Partido Socialista ha decidido apostar por el cambio, por comenzar una nueva etapa. Ambos partidos afrontan estas elecciones municipales de una forma diferente: el PP desde el pasado, desde la visión de 1979 y el PSOE encara el futuro con una cara nueva, se presenta una candidata diferente, una mujer joven y preparada que lleva cuatro años en la política municipal: Elena Martín Luengo Mora. La política municipal evoluciona en las filas socialistas que han dado paso a una nueva generación, de chicos y chicas jóvenes, personas diferentes y decididas a cambiar el estado de cosas, y a gobernar fuera de las rivalidades políticas del pasado. Durante estos años se ha vivido en la política municipal una serie de rivalidades personales que enfrentaban la gestión, y que muchas veces ocasionaban choques frontales y una crítica feroz, que no era positiva ni constructiva.
Desde que se presentó la nueva candidatura socialista, el Partido Popular ha criticado la juventud de algunos de sus componentes, sobre todo, la mujer que encabeza las listas socialistas. Me imagino que no han echado un vistazo a su alrededor (Sonseca, Mazarambroz, Orgaz, Mora…), donde los candidatos jóvenes se están imponiendo a candidatos de la transición democrática, que ya han dado paso a nuevas generaciones y nuevas ideas. No cabe duda que la experiencia del candidato popular data de 1979 pero no aporta nada nuevo, los ajofrineros/as saben y conocen cómo gobernaba Miguel Gallardo. Yo me hago una pregunta ¿un político no sabe cuándo se termina una etapa? ¿No parece más bien que necesita resarcirse de la derrota que sufrió en las elecciones de 1999? ¿Puede ser que prima más su interés particular centrado en la revancha por encima de los intereses generales del pueblo? ¿No parece que su candidatura significa o recuerda volver al pasado, a 1979? Sus votantes de 1979 le seguirán votando, pero no es verdad que ¿el pueblo pide un cambio? ¿No es verdad que el pueblo no quiere volver al pasado y a viejas rencillas, odios y revanchas políticas? ¿No es verdad que deberíamos superar 1979?